Fue el 29 de junio del 2002. Corea del Sur y Turquía eran dos equipos sin cartel que se habían colado en las semifinales y luchaban por el honor de compartir el podio con los grandes Brasil y Alemania. Los locales habían hecho un gran esfuerzo por coorganizar el Mundial con Japón y querían su recompensa. Pero la sorpresa les cayó como un balde de agua fría muy rápido.
Apenas sonó el pitido inicial, Corea hizo dos toques atrás y la pelota le llegó a su central y capitán Myung Bo Hong —elegido luego en el equipo ideal del torneo—. Este, presionado por Ilhan Mansiz (quien después anotó dos goles en ese partido), perdió la pelota y se la encontró Sukur, quien avanzó unos metros y con un zurdazo rápido y rasante venció el arco de Woon Jae Lee.
Los coreanos empataron a los 9 minutos pero al final los turcos se impusieron por 3-2.
La FIFA señaló que el gol fue a los 11 segundos, pero según mediciones exactas, este llegó a los 10 segundos con 30 centésimas. El anterior récord lo tenía el checoslovaco Vaclav Masek quien en Chile 62 le marcó a México un gol a los 15 segundos.
Los otros goles rápidos de los Mundiales fueron convertidos por el inglés Bryan Robson contra Francia, a los 27 segundos (España 82); por el francés Bernard Lacombe contra Italia, a los 37 segundos (Argentina 78); y el paraguayo Celso Ayala ante Nigeria, a los 52 segundos (Francia 98).
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